jueves, 11 de marzo de 2010

Maria... espero ansiosa la hora

No entiendo realmente por que deja de importarme como antes lo que ocurra con la gente, y me dà miedo ver en que me estoy convirtiendo. Palpo y siento el dolor de mis semejantes, pero por vez primea reconozco y percibo que merecido lo tienen. No es mi intenciòn ser juiciosa. Ni intento vestirme con vaporosidades. Me he preguntado si realmente es un traje de soberbia satinada la que va colgada sobre mì, o si es acaso la seriedad que asumen las damas celestiales cuando cubren su cabeza con las mantillas.
Ha llegado la hora de pedir. Y se pide con la seriedad, no con làgrimas en esta ocasiòn. Tal vez con la severidad que siempre me rodeò.Y tal vez no debi renegar hoy de por que ese magnetismo al calvario emocional.

Pregunto si son los pagos a las maravillosas bendiciones, que acaso los eslabones de herencias maldichas no han sido desechos del todo? Hoy tuve ganas de matar, de ver sufrimiento, y me espanta eso. El entender que con la liberaciòn del cuerpo el alma vuelve a brillar con tanta luz. Me espanta el comprender en que me estoy convirtiendo. Solamente me importa en estos momentos los seres que estàn confesandose consigo mismos, aquellos que no van por ahì vestidos de martires, aquellos que no estàn usando de excusa alguna enfermedad, aquellos que no van escudandose detràs de dios para sentirse amados o santos, solamente me interesan aquellos que en estos momentos alzan su voz y proclaman una respuesta, aquellos que no entienden el por que pero son capaces de exteriorizar su dolor, y se dan cuenta de lo que està ocurriendo.. Y me espanta comprender que al comprender no hay dolor, y si no hay dolor no hay comprensiòn. Ver que somos nada y sentirme desfasada.

No me gusta, no me gusta lo que estoy viendo y siendo. Mirame y veràs como no siento nada. Se han agotado las miradas de llanto y bondad. Traigo mucho dolor, muchas ganas de venganza, de sacudir la espada azul y cortar, y me siento mal al mismo tiempo al reconocer que soy capàz de destruir a voluntad y no estoy sintiendo remordimiento alguno. Serà eso acaso lo que se llama venganza?

Y yo no clamo lujos, solamente clamo tu santo amor de madre...
Es lo ùnico que me atormenta, y acaso no soy tu sierva, por que pidiendo dar consuelo a los demàs no lo obtengo hacia mi persona, por que ese martirio del alma, por que gozar con esas silenciosas palabras. Errante acaso me quieres? no deseo alejarme de tì, ni que mi voz sea la que se derrame con resentimiento o dolor sobre tu imagen. Si tan sòlo te permitieras doblar tu rodilla junto conmigo. Hoy me preguntè, por que no me rechazaste cuando era inconciente, cuando no podìa guardarlo en mis memorias vibracionales, por que ese rechazo ahora que soy conciente de todo, ahora que mis ojos parecen que se han secado y como un dedo tocando una llaga, vuelve a salir lìquido al sentir el dolor de tu rechazo.

Pero aleja la mantilla satinada de mi cabeza, que me siento tan falsa...màs que dolor traigo hambre de destrucciòn hacia quienes me han hecho mal.

Por que tù se lo dijiste a Isabel:

"desposeyò a los soberbios de corazón,
derribò del trono a los poderosos
y enalteciò a los humildes"


Cuando llegarà la hora? Ya estamos màs que esperando.

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